En estos días escuchamos
una y otra vez la consigna "la educación es un derecho" en conjunto
con sus corolarios "la educación debe ser gratuita" y la
"educación no debe ser un negocio". Cómico, suena como un slogan
que muchos han aprendido de memoria y repiten una y otra vez como si al repetir
se volvieran más ciertos. De hecho, llegan en si a sonar como un refrán
comercial de esos con que se nos trata de hipnotizar para que terminemos
comprando un producto. ¡Felicidades ha entrado en el mundo fantasía de la
educación, no olvide comprar la suya, es su derecho!!!
Creo que es hora de
mirar un poco más allá de los refranes que curiosamente parecer surgir de los
mismos vendedores que el movimiento estudiantil aborrece. Comencemos por una
pregunta que parece capaz totalmente ridícula:
¿Por qué educación?
Aquí hay dos ámbitos,
uno con el desarrollo personal de la persona el otro con la posibilidad de
construir un futuro. Es probable que los padres de los alumnos de hoy se van a
centrar en el segundo objetivo argumentando que le quieren dar a su hijo o hija
"un futuro mejor". El "futuro mejor" no es otra cosa que
una ventaja en el mundo laboral, un mejor sueldo, una mejor situación. Y eso
aparentemente se compra, se compra con la denominada educación. Y si no se
tiene los recursos, se incurre en préstamos, o se consigue una beca, pero
finalmente se logra el objetivo.
En resumen:
> El sueño de la
educación lo asociamos con oportunidades laborales y beneficios de ser un
profesional.
¿Y quién tiene que
financiar la educación?
En nuestra sociedad
tenemos la idea que el que recibe un beneficio debe pagar por él. Por ello se
asocia a que la educación la debe pagar el alumno ya que él es el principal
beneficiario de esta. El único problema es que muchos finalmente no encuentran
ese beneficio al final del camino. Ya sea porque la renta no es tan alta, no se
encontró trabajo porque había demasiados egresados para lo que el mercado
necesitaba o simplemente no se tuvo la capacidad para terminar el estudio. En
todos los casos tiene que asumir igual el costo.
En resumen:
> Muchas veces la
persona no recibe los beneficios que vende la posibilidad educativa.
¿Y si educación no es la
panacea, no debiese la "sociedad" asumir el costo?
Dar educación no es
gratuita, más aún si debe ser de calidad. Hay que pagar profesores,
infraestructura, materiales, etc., etc. Las consignas no ayudan,
la pregunta es como la financiamos, total alguien la tiene que finalmente
pagar. Muchos responderán "el estado" sin pensar que este este no
puede inventar los recursos y que finalmente lo tendrá que sacar de los
impuestos que nosotros mismos pagamos. La ilusión de que se lo cobremos a
"las empresas" es otro sueño ya que estas nos lo recuperaran
simplemente subiendo los precios por lo que finalmente nuevamente lo estaremos
pagando nosotros mismos. Y si terminamos por dificultar dicha alza evitaran
asumir perdidas reduciendo su presencia en el mercado despidiendo personal, o
sea nuevamente asumimos nosotros el costo.
En resumen:
> La educación
gratuita es una ilusión. Si el alumno no la paga o se endeuda hoy la terminara
pagando vía impuestos que darán gratuita a las próximas generaciones.
¿Quién entonces gana con la
educación gratuita?
Aunque parezca ridículo,
los grandes ganadores serán las instituciones educativas, la banca y las
empresas:
- las primeras por el aumento de alumnos,
- la segunda porque siempre que se incurre en un gasto antes de un beneficio alguien tiene que aportar el capital para la inversión y
- los últimos porque habrá más de donde elegir y la mayor oferta significa finalmente la posibilidad de negociar menores sueldos.
Capaz por eso durante
toda esta discusión instituciones, banca y empresa se mantienen en silencio, expectantes
a las ventajas que traería la educación gratuita.
En resumen:
> Paradójicamente los grandes ganadores son las instituciones educativas, la banca y las empresas
que sin esfuerzo ni riesgo verán aumentado sus mercados. El que finalmente paga
la cuenta, hoy en forma directa, mañana con gratuidad en forma indirecta con
impuestos, somos todos nosotros.
¿Y qué hacer entonces?
Importante es que todos
los actores, familias, instituciones educativas, banca y empresas asuman en
conjunto tanto riesgos, como costos y beneficios. Esto es:
- se asegure que lo que se está enseñando tenga una oportunidad seria de finalmente llevara a un empleo y no se vendan ilusiones (calidad definida por lo que es el perfil profesional que se necesita)
- que el número de cupos que se crea sea tal que la mayoría encuentre trabajo adecuadamente remunerado y no termine existiendo sobreoferta (gratuidad, pero solo para los cupos que la sociedad necesita; en ámbitos universitarios, pero también institutos profesionales)
- se escojan los mejores talentos y estos reciban el apoyo necesario para que logren en un tiempo adecuado el perfil profesional (un tipo de teletón al revés, se les ayuda a los mejores talentos que menos oportunidades económicas tienen)
- los costos de la educación sean compartidos, se valore el esfuerzo y dedicación del alumno como parte de la inversión y entre todos se asuma el costo formal de educar y mantener (gratuidad, con cupos limitados, pero seguridad de empleabilidad)
- el costo de los errores en el pronóstico de perfiles, cupos y determinación de talentos sea también asumido en conjunto (incluidos seguros que cubren la recapacitación para personas que por errores ajenos no logran el objetivo)
En resumen:
Que el sistema sea
soportado por todos los actores y que cubra en forma solidaria (en ese sentido
gratuidad) lo que la sociedad necesita.
¿Y qué paso con el derecho
a la educación?
Distinto es el tema de
la educación como un medio para el desarrollo personal, para formar miembros de
una sociedad madura y que se realizan intelectualmente. Aquí no hay mundo
laboral que pueda pagar la inversión a futuro, aquí el beneficiario es la
sociedad como un todo. También este ámbito tiene un costo y también aquí todos
tendremos que pagar. Pero es un ámbito distinto y que también se debiese ver estructuralmente
en forma distinta. Aquí no es algo que tenga que demostrar a nadie, se pueden
obviar pruebas, títulos y todo tipo de restricciones.
En resumen:
Hay un ámbito de
educación que se relaciona con el desarrollo de las personas, que no se asocia
a las oportunidades laborales y que si debemos soportar como un todo. Este
debiese ser parte de la formación de los miembros de la sociedad, asumido por
esta (en ese sentido "gratuito") pero también sin la presión ni
rigidez de los sistemas que preparan a profesionales.