sábado, 27 de noviembre de 2010

Tráfico de Influencias


Un tema permanente durante este año ha sido la exigencia de que las personas que tienen poder sean independientes en su actuar, es decir vendan las propiedades en empresas o asociaciones o renuncien a cargos en función de que no obtengan para sí o terceros un beneficio. O sea que su actuar sea independiente, de no serlo se habla directamente de corrupción. La pregunta es si este tráfico solo se limita al mundo político y de los negocios y si no hay otros aspectos y/o temas que incluir.

En mi artículo sobre la "Prensa y Desinformación" en este mismo blog [1] comente que una forma de manipular es el acallar información y que capaz en algunos caso habrá que leer diarios extranjeros para informarse de lo que pasa en nuestro propio país. Hace algunos días apareció un artículo en el New York Times [2] en que se acusa a nuestra justica de ser parcial incluso en aquellas esferas en que se esperaría una total y absoluta neutralidad: la corte de apelaciones y suprema. El artículo recoge las opiniones de las posibles víctimas en el caso Karadima que indican a la tercera [3] que no apelaran por justamente la falta de neutralidad de ambas cortes. Implícitamente se está acusando a la iglesia de tráfico de influencias para decidir a favor de Karadima, o sea a nuestros temas de negocios y político se sumaría la necesidad de la independencia de la fe de la persona y la posibilidad que un creyente tenga que reconocer que su actuar puede ser parcial. Como no puede renunciar a su fe al igual que se vende una empresa o renuncia a un cargo debe inhabilitarse.Pero veamos si podemos ver indicios que dicho tráfico de influencias realmente se observa.

Si recordamos el argumento de que también ser ejerce influencias suprimiendo información debiésemos poder ver anomalías en la comunicación que hace un medio como La Tercera. Una forma simple es contabilizar las publicaciones y mostrar su número acumulado en función de la fecha (los datos se obtuvieron usando el buscador [4] el día 27.11.2010) varian. A modo de ejemplo si vemos los artículos sobre los 33 mineros rescatados se obtiene la siguiente gráfica:

Hay tres puntos que llaman la atención; el primero cuando ocurre el derrumbe, el segundo cuando los descubren y el tercero cuando los rescatan. Cada “sobresalto” es seguido por un “ir aplanándose” de la curva que corresponde a que cada vez hay menos publicaciones. En resumen si la curva es empinada hay muchos artículos si es plana no hay artículos publicados.Analicemos con el método el caso del juicio de la Quintrala. En ese caso la curva no muestra segmentos horizontales lo que significa que siempre se ha estado publicando algo:

Si uno observa con más cuidado eso si se observa que durante unas tres semanas en octubre la pendiente es algo menor o sea existió una leve reducción de la frecuencia con que se público. Si se analiza los artículos en estas fechas notaremos que en dichas semanas se presento evidencia y no hubieron testigos claves. Ya sea porque el diario influencia o porque el público así lo quiere pero la prensa evita presentar la evidencia y se centra en la descripción de los dolores de las victimas que acusan a Pilar Perez y Jose Ruz. Prima el sensacionalismo sobre la información.Volvamos ahora al caso Karadima. Un análisis similar muestra una curva sorprendente:

Inicialmente se reportaba cada detalle y de pronto nada, durante 93 días la curva es casi plana. Que dicen los artículos finales? Se habla de que la justicia decidió interrogar a las personas que acusan a Karadima. Después nada, silencio, lo que era tan importante para reportar con una alta frecuencia cesa. Resurge cuando 10 sacerdotes declaran que las acusaciones les parecen verosímiles y una declaración de la iglesia relativando dicha declaración. Nuevamente silencio antes de que se informe al sorprendido publico que la justicia suspende su esfuerzo. Porque el diario mantuvo tanto tiempo en silencio es difícil de comprender a menos que se trate de justamente tráfico de influencias, o sea accedieron a no publicar por presiones interesadas. Es más, si se analizan los artículos que se publicaron en ninguno aparece la palabra “pedofilia” o “pederastas” solo la denominación genérica “abuso sexual” que suprime el tema de que la agresión es contra niños o jovenes. Incluso si uno busca los conceptos “pedofilia” o “pederastas” aparecen solo 5 y 6 artículos respectivamente pero todos reportando noticias del extranjero como si acá en Chile eso no se diera.

Conclusión

Aun que no se puede nunca probar este tipo de acusaciones, si existen indicios de que existen tráfico de influencias a nivel de organizaciones como la iglesia católica. Si esto fuera verdadero seria más grave que en el caso de una persona natural ya que la institución como tal pregona representar los modelos éticos que la sociedad debe seguir. Por otro lado también queda claro que no existe conciencia de que el tráfico de influencias también debe incluir la fe y que personas que pueden favorecer una fe en particular deben inhabilitarse ante decisiones que puedan afectar dicho credo.

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Fuentes

[1] http://www.nytimes.com/2010/11/26/world/americas/26chile.html?_r=1&scp=1&sq=Karadima&st=cse

[2] http://wgerber.blogspot.com/2010/10/prensa-y-desinformacion.html

[3] http://www.latercera.com/noticia/nacional/2010/11/680-310555-9-caso-karadima-querellantes-no-apelaran-a-fallo-de-juzgado-del-crimen.shtml

[4] http://www.latercera.com/resultadoBusqueda.html

viernes, 12 de noviembre de 2010

¿Qué tan segura es nuestra minería?


Tras el rescate de los 33 mineros queda la sensación de que todo ocurrió por la codicia de dueños de la pequeña y mediana minería pero que a nivel de la gran minería nuestro país ya se codea con los países desarrollados. ¿Qué tan así es? ¿Qué dicen los números?


Si consultamos el anuario del Sernageomin [1] durante el 2009 notaremos que durante ese año la fuerza laboral (contratados y subcontratistas) fue de 174125 con un total de 35 fatalidades.

O sea uno de cada 4975 trabajadores murieron.

Si analizamos el numero de fatalidades en función del tamaño de la faena se observa que murieron


4 en la gran minería (400 y más trabajadores)
8 en la mediana minería y (entre 80 y 399 trabajadores)
23 en la pequeña minería (menos de 80 trabajadores)

Si comparamos estos números con el número de trabajadores (contratados y subcontratistas)

81'477 en la gran minería
53'613 en la mediana minería
39'035 en la pequeña minería

se tiene que el número de trabajadores por fatalidad es de


81'477/4 = 20'369 en la gran minería
53'613/8 = 6'702 en la mediana minería y
39'035/23 = 1'238 en la pequeña minería

En otras palabras,

Uno de cada 1238 trabajadores morirá anualmente en la pequeña minería!

Como son 517 faenas, esto significa que

  • Casi cada segunda faena pequeña tendrá una fatalidad al año!
Por otro lado,
  • por cada fatalidad en la mediana minera mueren 5.4 mineros en la pequeña minería.
En forma análoga
  • por casa fatalidad en la gran minería mueren 16.5 mineros en la pequeña minería.
Bajo ese punto de vista claramente la pequeña y mediana minería representa un gran riesgo para el minero. A esto se suma que los costos de personal (remuneración, beneficios, gastos se soporte y administración son) [1]

USD 62,132.86 por año en empresas grandes
USD 21,989.47 por año en empresas medianas
USD 6,154.34 por año en empresas pequeñas

O sea

  • el minero en la empresa mediana gana 3.6 veces lo que gana el minero en la pequeña minería
y
  • el minero en la empresa grande gana 10.1 veces lo que gana el minero en la pequeña minería.
Ese es el mundo del pequeño pirquinero, gana un decimo de lo que gana su colega en la gran minia asumiendo 16 veces más riesgo que este.

¿Pero qué tan segura es nuestra gran minería? Si estudiamos en documento equivalente de la minería norteamericana [2] se ve que en 2009 tuvieron 34 fatalidades siendo el numero de mineros (contratados y subcontratistas) 352595, o sea una fatalidad cada 10370 trabajadores.


Por ello la minería en USA

  • es en promedio 2.08 veces más segura que en Chile.
Por otro lado en USA el 32% de las fatalidades [3] ocurren en empresas de más de 100 empleados lo que corresponde a empresas medianas y grandes en nuestro análisis. En el caso Chileno este segmento contribuye con un 34% de las fatalidades lo que es muy similar. Sin embargo en USA las empresas medianas y grandes ocupan al 43.0% de los mineros mientras que en Chile ocupan el 77.5%.

De esto se puede inferir que:

  • La mediana a gran minería chilena ya hoy debe de tener niveles similares a la de USA
  • La pequeña a mediana tiene que lograr reducir la tasa de fatalidad en un factor 4
  • El alto porcentaje de minas pequeñas que existen en USA es un indicio que también la pequeña minería puede ser rentable y solventar los costos de sistemas de seguridad a nivel del mundo industrializado
  • Aun que se logre mejorar la seguridad en forma sustancial llegando a niveles del mundo desarrollado igual continuaran existiendo fatalidades (a nivel de USA y el nivel de producción chilena unos 10 casos al año).
Esperemos que el esfuerzo que se planea realizar no se limite a papelitos para ser mostrados en toda ocasión y se reflejen en la taza de accidentes los próximos años.

Fuentes

[1] http://www.sernageomin.cl/pdf/publicaciones/anuario2009.pdf
[2]
http://www.msha.gov/mshainfo/factsheets/mshafct10.htm
[3]
http://www.msha.gov/stats/review/2009/MNM-2009FatalReview.pdf